El Corazón de la Iglesia: CÁRITAS

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El corazón de la Iglesia es la Eucaristía. Pero es importante recordar que el sacramento de la Eucaristía no se puede separar de la caridad, sino que han de ir estrechamente unidos en una relación consecuente. Celebrar la Eucaristía nos lleva a amar a aquellas personas más vulnerables y a despertar la inquietud por ayudarles, porque comulgar a Cristo es darse con Él a los demás. Siendo así, no se puede celebrar la Cena del Señor y dar la espalda a los predilectos de Dios: los necesitados. Por eso en el corazón de la Iglesia y de cada comunidad cristiana está Cristo, pero Él bombea la sangre de ese corazón, que es la caridad, para que llegue a todo el cuerpo.

Esto explica la relación intrínseca que ha de darse siempre entre cada Parroquia y su Cáritas Parroquial. Las parroquias tienen muchas áreas de acción: catequesis para todas las edades, los movimientos, la pastoral de la familia, la pastoral de enfermos, grupos de liturgia… y todos forman parte de un gran cuerpo que es la Parroquia. Pero ese cuerpo carecería de corazón si le faltara Cáritas. Porque ésta no es sino la expresión más patente y también más hermosa de la caridad de
unos hermanos que viven juntos la fe.

En Yecla tenemos la peculiaridad de que dicha expresión se une en nuestra Caritas Interparroquial, donde las cuatro parroquias aúnan los esfuerzos para que su acción de caridad sea más eficaz y organizada. Esto por una parte da una muestra de unidad y de capacidad de trabajar en comunión, pues voluntarios, recursos e infraestructuras de las cuatro parroquias yeclanas van de la mano en Cáritas Interparroquial. Pero existe también el peligro de que las comunidades parroquiales se desliguen de esta parte esencial de su ser, y se termine por considerar a Cáritas como algo que funciona al margen de la Parroquia. Si esto sucede, nuestras parroquias carecerían de Corazón. Por eso hemos de trabajar para hacer que Cáritas sea una realidad activa y patente en cada una de las
parroquias, y que se sienta a Cáritas Interparroquial como parte integrante de las mismas.

Desde que formo parte del Consejo de Cáritas Diocesana como Consejero de nuestra Zona Pastoral Cieza-Yecla, he tenido ocasión de conocer las distintas realidades en las Cáritas de las parroquias de los municipios de la zona, pero en todas ellas se tiene en común esa unión de fe y caridad queda esperanza aquellas personas más vulnerables. Además puedo señalar, por lo que voy conociendo en
mi labor como Consejero, que las Parroquias más vivas son aquellas que toman más enserio la misión de Cáritas, haciendo que todos sus miembros, de diversos modos, sean partícipes de esta parte esencial de la Iglesia: dándolo a conocer Cáritas a los niños y jóvenes, invitando a las familias a colaborar activamente, dando siempre la oportunidad en los mismos templos o centros parroquiales a que se pueda colaborar con alimentos y donaciones, animando a los feligreses a
participar en el voluntariado…

A nuestra Madre Inmaculada le suplicamos que nos enseñe a ser generosos, en primer lugar con Dios, y luego con los demás, con quienes conviven o trabajan junto a nosotros, con quienes nos encontramos en las diversas circunstancias de la vida: momentos de alegría, dudas, dificultad, dolor… “Que nuestra Madre del Cielo vaya perfeccionando en nosotros la imagen de Jesús, que vaya configurando nuestros corazones con el de su Hijo, que no vino a ser servido sino a servir y dar la vida en rescate por muchos.” (D. Miguel Conesa).

Gracias a todos los voluntarios de Cáritas Interparroquial de Yecla, y a cuantas personas colaboráis con esta maravillosa misión que llevamos a cabo entre todos.

Asensio Morales Caravaca

Consejero de Cáritas Diocesana en la Zona Pastoral Cieza-Yecla y Párroco del Niño Jesús de Yecla.


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